¿Qué no es la meditación?

Hoy hablaremos sobre qué NO es la meditación¿Sabías que la meditación es un término que puede ser utilizado de diferentes maneras?  Diversas escuelas filosóficas, teológicas, espirituales y psicológicas lo han empleado para referirse a procesos distintos. 

De hecho, es común que se mezclen términos como introspección, reflexión, pensamiento, análisis, discriminación y concentración con la meditación. 

Por eso, es importante saber que aunque estos conceptos están relacionados con la meditación, no son lo mismo. Cada uno de ellos tiene su propia definición y proceso. 

Así que, si quieres comenzar a meditar, asegúrate de entender bien qué es y qué no es la meditación para que puedas sacarle el mayor provecho posible.

Introspección

En la práctica de la meditación, no se busca un análisis consciente e intencional de uno mismo, sino que se pretende observar los procesos mentales sin juzgarlos ni analizarlos. La meditación no busca llegar a ninguna conclusión ni explorar nada en particular, sino más bien permanecer en el momento presente y observar sin intervenir.

Reflexión.

A diferencia de la meditación, la reflexión es un proceso consciente en el cual se elabora un tema específico con el objetivo de analizarlo y obtener conclusiones a partir de ello. Se trata de un proceso racional y activo, que busca una comprensión más profunda de un tema determinado.

Pensamiento.

La meditación no se enfoca en pensar, sino en dejar ir los pensamientos y observar la mente sin intervenir. Es necesario vaciar la mente de pensamientos y preocupaciones para poder meditar de manera efectiva. Por lo tanto, la meditación no puede ser confundida con el pensamiento activo y racional.

Análisis y discriminación.

La meditación no requiere de procesos cognitivos activos como el análisis y la discriminación, que implican una observación consciente y activa. En la meditación se busca una observación pasiva y sin juicio, sin intervenir en los procesos mentales.

Concentración.

La concentración implica una presión y tensión mental, mientras que la meditación se trata de un proceso de fluir y dejar ser. La concentración se enfoca en un punto específico, mientras que en la meditación se trata de una observación sin juicio de los procesos mentales sin un punto de enfoque en particular.

Visualización.

En algunas prácticas se utilizan meditaciones guiadas, que implican la descripción de ambientes y situaciones específicas con el objetivo de evocar sensaciones de paz y relajación. Sin embargo, estas prácticas no deben ser confundidas con la meditación en sí misma, que se enfoca en la observación pasiva de los procesos mentales sin una guía específica o visualización.

La meditación no es una religión

A veces la meditación se confunde con la contemplación y se piensa que está ligada a alguna religión. Pero en realidad, la meditación es una práctica que cualquier persona puede realizar.

En el siglo XIX se utilizó el término meditación para referirse a prácticas budistas e hinduistas, pero el ejercicio en sí no es una religión. Por eso, es tan atractivo y accesible para cualquier persona, ya que podemos practicarla sin sentirnos obligados a compartir ninguna doctrina religiosa.

Para meditar, solo necesitamos tener la intuición de que necesitamos meditar. Y necesitarla significa querer estar presentes sin imaginar qué seremos en el futuro, algo complicado para nuestra cultura occidental, que está orientada hacia el futuro.

Es cierto que las religiones orientales han utilizado la meditación en sus prácticas espirituales, por lo que muchas veces la relacionamos con el budismo o el hinduismo. Pero no es necesario ligarnos a ninguna de estas religiones ni compartir sus creencias para conectarnos con la práctica de la meditación.

¿Qué es meditar?

Meditar es un estado mental en el que se realiza una autoobservación sin crítica ni juicio. Durante la práctica, se observa el flujo de los pensamientos, emociones, sensaciones y comportamientos, sin involucrarse activamente en ellos. Aunque puede ser considerada una técnica, la meditación trasciende la noción de técnica una vez que el meditador alcanza el estado de conciencia meditativo. En este estado, la meditación se convierte en un proceso que puede ser inducido a voluntad, sin la necesidad de seguir un método o técnica específica. La meditación, por lo tanto, no se limita a la repetición mecánica de un conjunto de pasos, sino que se convierte en una forma de ser y de estar en el mundo.

Compártelo en:

Artículos Recientes