Vivir dentro de nuestros propios zapatos
Seguramente has escuchado la frase “nadie puede ponerse en tus zapatos“. Y es que es cierto, sólo tú conoces tus vivencias y sentimientos. Sin embargo, muchas veces nos damos excusas como “no me lo merezco” o “no puedo cambiar nada”, evadiendo así nuestra responsabilidad sobre nuestra vida.
Al hacer esto, le damos a las circunstancias y a otros el poder sobre nuestra existencia, lo que nos hace sentir pequeños y frágiles. Lo que pensamos y creemos nos guía en la vida, así que, si no nos sentimos responsables de nada, no podremos hacer nada.
Puede ser que esto sea lo que queremos, no arriesgarnos ni enfrentar la inseguridad de tomar decisiones. Pero regalar nuestra vida a otros es un precio muy alto a pagar. Construir nuestra propia vida es una decisión constante, no sólo una acción puntual para cambiar algo que no nos gusta.
Somos responsables de lo que pensamos, hacemos y sentimos. Pero cambiar nuestra actitud es posible, sólo se necesita una decisión y observación constante de nosotros mismos
Empezar a asumir nuestra vida
Asumir nuestra vida puede darnos miedo al principio, pero al darnos cuenta de que somos los únicos responsables, nos liberamos de la energía negativa que invertimos en lamentarnos o sentirnos víctimas. Así, podemos dirigir nuestra energía en respuestas coherentes que nos dejen en paz.
No esperemos que otros decidan por nosotros y luego les culpemos de cómo nos hacen sentir. Liberémonos y nuestras relaciones cambiarán para mejor. Si queremos sentirnos bien con nosotros mismos, debemos vivir dentro de nuestros propios zapatos y ser responsables de nuestras respuestas ante la vida.
Las circunstancias pueden ser buenas o malas, pero nuestras actitudes y respuestas siempre son nuestras. Ser responsable de nuestra vida no es un deber ni un castigo, es una alegría y una sensación de fortaleza constante.
Sigue tus propios pasos.
Vive tu propia vida siguiendo tus propios pasos. Nadie puede hacerlo por ti, es un esfuerzo personal que requiere de muchas fuentes. El hombre debe entender, investigar, practicar, proponer y difundir lo que descubre por su propio esfuerzo. Nada disponible puede sacarlo del caos en el que vive. La distracción y el temor a morir lo mantienen atrapado.
Somos máquinas de vivir que tienen la capacidad de razonar y aprender, pero el temor a morir nos impide vivir plenamente. No hay paz porque no hay quietud interior. Si imitamos lo que vemos, nos desorientamos.
Para vivir auténticamente, debemos prestar atención a lo que sentimos en lugar de ponerla en lo que pensamos. No podemos vivir la vida de otros, debemos vivir nuestra propia vida.
Cada persona tiene decisiones vitales diferentes. Piensa como quieras, pero decide por lo que sientes. Si lo haces, es probable que cambies tu manera de pensar y hacer. La práctica te ayudará a lograr un cambio de actitud de vida.